En un artículo anterior charlamos sobre el animarnos a “jugar”, cuestionándonos nuestras realidades y probando hacer las cosas de manera diferentes.
Esto, es algo que muchas organizaciones vienen haciendo hace varios años, no por que quieren jugar, sino por que el mundo les está cambiando variables demasiado rápido (clientes, competencia, tecnología, etc) obligándolas a “reacomodarse” al nuevo contexto.
Así el Gales Dave Snowden, a principios de los 2000 mientras se desempeñaba como Director Europeo del Instituto de Management de IBM, desarrolló una herramienta para la toma de decisiones según el contexto/dominio del problema, conocida como el Marco de Cynefin.
Este marco describe 5 dominios: Obvio, Complicado, Complejo, Caos y Desorden
El marco de lo Obvio, es aquel donde los problemas son conocidos y su solución son conocidas también, ya están estandarizadas y se han convertido en parte de nuestro sentido común.
Por ejemplo, si al termina de leer este articulo salieran a la calle y se suben a su auto, ¿de qué lado de la calle manejarían? ¿Y si hicieran lo mismo en Inglaterra?
O sea, ya todos sabemos que acá manejamos del lado derecho de la calle y en Inglaterra lo hacen del izquierdo, por lo que no hay dificultad en decidir qué vamos a hacer en cada caso.
El marco de lo Complicado, está circunscripto al mundo de los expertos. O sea, los problemas que caen en este marco son aquellos para los cuales la respuesta no es obvia, tal vez nosotros no tengamos la solución, pero hay un experto al que podemos convocar que sí la tendrá.
Por ejemplo, si queremos construir una casa tal vez nosotros no sepamos hacerlo, pero si llamamos a un arquitecto, él podrá darnos la solución que buscamos.
El marco de la complejidad, es aquel donde nos enfrentamos a nuevos problemas. Problemas que nadie conoce y por ende no se sabe cómo encarar y resolver.
Y es acá donde quiero hacer foco, por que ésta es la característica del mundo en el que estamos viviendo (del que hablamos en un encuentro anterior al conversar sobre el mundo VUCA y BANI).
Las organizaciones de cualquier tamaño y nosotros mismos, nos enfrentamos a vivir en un contexto complejo donde las soluciones del pasado ya no nos funcionan como antes y las nuevas herramientas que necesitamos para enfrentar los nuevos problemas, aún no han sido inventadas o no las conocemos.
¿Y entonces qué hacemos? Cuando nos hacemos esta pregunta es que sale al ruedo “La Experimentación” como principal herramienta para la búsqueda de soluciones.
Entonces para avanzar en el ámbito de la experimentación, necesitamos entender que el objetivo es plantear una hipótesis y crear un experimento que nos permita confirmarla o refutarla. Pero adicionalmente, para que nos sirva, éste experimento debe ser pequeño para que nos permita probar de manera chiquita, rápida y barata sin poner en riesgo nuestra integridad, si lo que nosotros suponemos/esperamos es correcto o no.
Si lo es, ¡genial! Ya tenemos la respuesta que buscábamos. Sino, con la información que obtuvimos del experimento, podemos planear una nueva y mejorada hipótesis y volver a intentarlo.
Así el experimentar nos permitirá crear un nuevo camino poder el cual nunca antes nadie supo transitar.
Lic. Jonatan Gutman
Especialista en Habilidades Blandas
Staff Planearte