Vida Saludable y Prevención

Dengue, sus síntomas y cómo combatirlo

Junto al calor y las lluvias de verano, el dengue avanza en la población, genera gran impacto epidemiológico y un importante riesgo sanitario. Esta afección vírica, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, es también conocida como “fiebre quebrantahuesos», nombre que describe sus principales síntomas.

¿Dónde se encuentra el mosquito Aedes aegypti?

También conocido como el mosquito elegante, por su características patas con rayas blancas y negras, es el principal responsable de la transmisión de enfermedades como el zika-chikunguña, la fiebre amarilla y el dengue. El Aedes es un mosquito urbano, que vive principalmente en nuestras casas y alrededores, y se cría en lugares sombríos y húmedos. Floreros, recipientes, piletas, canaletas o los porta-macetas representan los espacios ideales para que el mosquito deje sus huevos y se reproduzca.

La hembra es la que se alimenta con sangre, y lo hace especialmente picando durante el atardecer y el amanecer. Sin embargo, si lo necesita, saldrá en diferentes horarios a fin de mantener los requerimientos nutricionales de su cría, por lo que es importante nuestro cuidado durante todo el día. Ella vuela a baja altura por lo que suele picar en piernas y tobillos. Vive entre 3 y 4 semanas y se reproduce mejor con temperaturas cálidas. Su autonomía de vuelo es escasa, logrando distancias de apenas 50 a 100 metros, lo que la convierte en un mosquito peri-domiciliario.

Conocer las características y hábitos del Aedes aegyptis nos permite optimizar el cuidado y la prevención del dengue. Así, es fundamental vaciar los recipientes al aire libre que puedan acumular agua y cubrir adecuadamente los tanques evitando que el mosquito ponga huevos y se reproduzca.

¿Cómo se transmite?

Cuando una persona está cursando dengue, implica que el virus está circulando en su sangre. Así, cuando el mosquito pica y se alimenta, incorporará al virus en sus glándulas salivales.  El virus se reproduce en el mosquito sin generar daño, y cuando este vuelva a picar, dejará partículas virales en el nuevo huésped. Esta persona cursará entonces una infección por dengue los próximos días, abriendo así un nuevo ciclo de contagio.

El contagio es únicamente a través de la picadura de los mosquitos, nunca de forma directa, por lo que no se transmite por secreciones ni a través de la leche materna.

Síntomas y signos para estar atentos:

El dengue se caracteriza por generar síntomas que pueden afectar seriamente la salud de las personas. Sin embargo, en algunos casos puede cursar en forma leve o incluso asintomática. Su curso es autolimitado y suele durar entre  3 y 7 días

Reconocer la sintomatología ayuda a su diagnóstico:

  • Fiebre muy alta (39/40º)
  • Dolor intenso de cabeza y retro-ocular
  • Náuseas y vómitos
  • Dolor abdominal
  • Dolor en los músculos y en las articulaciones
  • Sarpullido en la piel

Es característica la ausencia de síntomas respiratorios, y esto debe tomarse en cuenta al realizar el diagnóstico.

Es importante destacar que la infección por dengue deja inmunidad únicamente para la variante vírica contraída. El dengue cuenta con 4 variantes o serotipos diferentes, por lo que sucesivas infecciones implican exposición a los otros serotipos. Esto explica que las personas que se infectan por segunda o tercera vez corren con más riesgo de que la enfermedad sea severa, pues la respuesta inmunológica es fallida, y el riesgo a cursar un “dengue grave” es mayor.

Los síntomas del “dengue grave” suelen aparecer una vez que cesa la fiebre y son:

  • Dolor abdominal intenso
  • Vómitos persistentes
  • Respiración acelerada
  • Sangrado en las encías o en la nariz
  • Sed intensa
  • Debilidad en general

Las personas con dengue grave necesitan ser hospitalizadas, por lo que es importante acercarse a algún centro de salud cercano si se presentan estos síntomas.

Diagnóstico y tratamiento: 

Es importante consultar con algún personal de la salud si se presentan síntomas compatibles con dengue. Aunque no existe un tratamiento específico para esta infección, el control de la sintomatología, mantener una adecuada hidratación y el alivio del dolor representan un desafío en el abordaje terapéutico. Es fundamental no automedicarse, ya que hay algunos medicamentos como el ibuprofeno o la aspirina que aumentan el riesgo de hemorragia.

¿Qué se puede hacer para prevenir?

Lo más importante para la prevención es evitar la propagación de mosquitos. Esto es posible tomando diferentes medidas:

  • Eliminar los recipientes en desuso que puedan acumular agua como botellas o neumáticos
  • Revisar, limpiar y tapar los recipientes que no se puedan eliminar. Es importante secarlos y cepillarlos frecuentemente.
  • Cambiar el agua de bebederos de animales, colectores de desagüe de aire acondicionado cada 3 días
  • Rellenar los floreros y porta macetas con arena húmeda
  • Mantener los patios y jardines limpios

Además de evitar la propagación de mosquitos es importante prevenir sus picaduras, por eso se recomienda:

  • Usar siempre repelente
  • Usar ropa clara que cubra los brazos y piernas, especialmente al aire libre
  • Colocar mosquiteros en las puertas y ventanas
  • Usar ventiladores y/o aire acondicionado en las habitaciones
  • Proteger cunas y cochecitos
  • Usar repelentes ambientales, como tabletas en el interior y espirales en el exterior.

Sin mosquito no hay dengue, prevenir su propagación es una tarea sencilla y al alcance de todos.

Dra. Alejandra Ariovich
Médica Pediatra
Staff Planearte
MN 105160

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