La diabetes es una enfermedad crónica caracterizada por presentar niveles altos de azúcar en sangre. Esta situación se llama hiperglucemia y cuando se prolonga en el tiempo, produce un daño importante en los distintos órganos y tejidos del cuerpo. Sin embargo, si su diagnóstico es precoz, se puede elaborar una estrategia adecuada en el tratamiento y evitar así las lesiones generadas. Se estima que 1 de cada 10 argentinos mayores a 18 años padece diabetes, por lo que conocer esta entidad nos permite estar alertas para una detección temprana y evitar así sus complicaciones en gran parte de nuestra población.
¿Cómo se desarrolla la diabetes?
Cuando las personas nos alimentamos, los nutrientes se transforman a través de la digestión, en sus componentes básicos: lípidos, proteínas, minerales y glucosa, entre otros. La glucosa, un tipo de azúcar, será la principal fuente de energía de las células. Pero para que pueda ingresar a las mismas, necesita de una hormona producida en el páncreas denominada insulina. En la diabetes, la producción y/o el funcionamiento de la insulina está alterado, entonces la glucosa queda fuera de la célula, acumulándose en la sangre. Así, la falta de energía dentro de la célula y las altas concentraciones de glucosa en sangre generan los principales problemas asociados a la diabetes.
Hay muchos tipos de diabetes definidos en función al sitio donde esté fallando el accionar o producción de la insulina. Sin embargo, podemos clasificarla en 2 grandes grupos, para facilitar la comprensión en los abordajes terapéuticos: insulino-dependiente y no insulino-dependiente.
Diabetes tipo 2:
Conocida también como diabetes no insulino-dependiente, es el tipo de diabetes más común en la población, alrededor del 90% de las personas que padecen esta afección pertenecen a este grupo. Si bien presenta una importante predisposición genética, está fuertemente asociada al estilo de vida. El sobrepeso, la obesidad, una alimentación inadecuada rica en azúcares, el sedentarismo o la falta de actividad física y las situaciones de estrés, son factores que empujan a su desarrollo. La diabetes tipo 2 aparece generalmente en los adultos ya que ocurre cuando los niveles habituales de insulina no logran mantener los valores normales de azúcar en sangre, el cuerpo se vuelve “resistente a la insulina”. En otras palabras, podríamos decir que el páncreas trabajó “de más” durante muchos años y finalmente dejó de ser eficaz en su función.
Diabetes tipo 1:
Llamada también diabetes insulino dependiente, es una enfermedad crónica autoinmune en la que el páncreas se daña por la presencia de autoanticuerpos y no logra producir suficiente insulina. Aunque no se conocen sus causas ni formas para prevenirla, se sabe que tiene una gran predisposición genética, y suele presentarse en niños y adultos jóvenes.
En esta afección, las personas requieren la administración diaria de insulina para vivir. Hoy la medicina y la ciencia han logrado enormes avances en las formas de su administración, permitiendo que los individuos puedan realizar sus actividades cotidianas sin dificultad.
¿Qué síntomas caracterizan a la diabetes?
Los síntomas presentados pueden variar en intensidad según la persona y el tipo de diabetes. En el caso de la diabetes tipo 1, suelen aparecer de manera repentina y clara. Por el contrario, en la diabetes tipo 2, la progresión de los síntomas es mucho más gradual, y pueden pasar años antes de que se logre realizar el diagnóstico.
Así en la diabetes tipo 1, rápidamente se instaura la tríada característica, que en la medicina se conoce como “las tres p”: exceso de orina (poliuria), exceso de hambre (polifagia) y exceso de sed (polidipsia). Las personas presentan además cansancio excesivo y pérdida de peso. En la diabetes tipo 2, en cambio, los síntomas son silentes hasta estadios avanzados de la enfermedad, y el diagnóstico oportuno se realiza únicamente por pesquisa en los análisis de sangre donde se reflejan los altos valores de glucosa.
Diabetes y sus complicaciones:
Una vez que la diabetes se instaura en el tiempo, los síntomas presentes serán consecuencia de los daños que los altos niveles de glucosa producen en los tejidos. En estos casos habrá lesión en los pequeños vasos del organismo y se presentarán complicaciones en el sistema urinario, a nivel cardiovascular con daño en el corazón, en los ojos alterando la visión, en el cerebro y en la sensibilidad y circulación de manos y pies. Sin embargo, es importante aclarar que esto sucede sólo cuando no se ha logrado un adecuado tratamiento. Por este motivo debemos destacar que si se controlan los niveles de glucosas no existirá daño en los tejidos.
Prevención:
Conocer los factores de riesgo y promover un estilo de vida saludable son los dos pilares de prevención de esta enfermedad y sus complicaciones.
¿Cuáles son los factores de riesgo que debemos prestar atención?
Hay algunas personas con ciertos hábitos o predisposiciones que deben estar más atentas a los niveles de glucosa en sangre:
- Familiares con diabetes
- Antecedentes de enfermedades autoinmunes
- Diabetes durante el embarazo
- Sobrepeso u obesidad
- Sedentarismo
- Enfermedad cardiovascular
- Tabaquismo
En estas situaciones deberán realizarse las pesquisas necesarias para un diagnóstico precoz
En la diabetes tipo 2 es posible diagnosticar una “pre-diabetes”, es decir, cuando los niveles de azúcar en son más altos de lo normal, pero no lo suficiente para diagnosticarse como diabetes. En estos casos un cambio en los estilos de vida puede evitar la progresión a diabetes.
¿Qué significa un estilo de vida saludable?
Para prevenir las complicaciones de la diabetes es fundamental realizar actividad física, evitar el sedentarismo y consumir una dieta variada y baja en ultraprocesados, pues todos estos factores ayudan a mantener bajos los niveles del azúcar. Asimismo, en el caso de tener factores de riesgo asociados, es importante seguir estas recomendaciones y realizarse análisis de sangre regularmente.
Cada año se diagnostican más y más niños y adultos jóvenes con diabetes tipo 2, constituyendo a una de las enfermedades crónicas prevenibles más frecuentes. Es fundamental brindar información clara y generar conciencia en la población para mejorar los estilos de vida y favorecer su prevención.
Dr. Manuel Escudero
Médico clínico
MN 101067
Staff Planearte