El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una de las principales causas de insuficiencia renal aguda en niños pequeños en Argentina. Afecta en gran medida a niños menores de cinco años y es un desafío importante en salud pública. Conocer los factores de riesgo y las estrategias de prevención es esencial para reducir su impacto en la comunidad.
¿Qué es el SUH y por qué se produce?
El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad grave, caracterizada por daño agudo de los riñones, asociado a alteraciones en las células de la sangre: trombocitopenia (reducción de plaquetas, necesarias para formar los coágulos) y anemia (causada por ruptura anormal de glóbulos rojos).
La principal causa de SUH es la infección producida por una bacteria conocida, Escherichia coli. Aunque la mayoría de estos microorganismos son inofensivos, existe un grupo dentro de esta familia llamada E. coli productora de toxina Shiga (STEC) que puede causar una diarrea sanguinolenta. Usualmente este cuadro se cura solo, pero que puede en algunos casos complicarse y desarrollar esta enfermedad, afectando particularmente a niños pequeños.
¿Dónde se encuentra la Escherichia coli?
Ella se encuentra especialmente en alimentos o agua contaminados, siendo las principales fuentes de contaminación la carne mal cocida o cruda (sobre todo carne picada), los lácteos no pasteurizados y las frutas y verduras contaminadas,
La E. coli productora de toxina Shiga se encuentra frecuentemente en la materia fecal de las vacas, pudiendo excretarse también en otros animales como ovejas, cabras y cerdos. Esta bacteria llega a la superficie de las carnes por contaminación con materia fecal durante el proceso de faena o su posterior manipulación. Es importante destacar que las carnes picadas son uno de los productos de mayor riesgo. Esto se debe a que, durante el picado, la bacteria pasa de la superficie de la carne al interior del producto, donde es más difícil que alcance la temperatura necesaria para eliminarla durante la cocción.
Otros alimentos como los lácteos o las frutas y verduras también pueden alojar a la bacteria al entrar en contacto directo con las heces, con el jugo de la carne o con aguas contaminadas.
También, la STEC puede llegar a los alimentos a través de las manos no higienizadas cuando elaboramos o consumimos un alimento. Las manos pueden contaminarse cuando vamos al baño, cambiamos pañales o tocamos superficies u otro alimento contaminado. De manera similar, los utensilios pueden ser vehículo de STEC y contaminar alimentos.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Los primeros síntomas incluyen diarrea, que a menudo evoluciona con sangre. El cuadro clínico suele progresar con decaimiento, palidez y pequeñas manchitas en la piel conocidas como petequias. Esto es consecuencia de la anemia y el daño renal producido.
Si un niño presenta diarrea con sangre o síntomas como disminución de la orina, palidez o debilidad, es fundamental acudir al médico de inmediato. Detectar los síntomas iniciales de una infección por E. coli y actuar con rapidez puede reducir el riesgo de complicaciones graves como insuficiencia renal.
Sin un tratamiento específico que cure la enfermedad, la prevención es nuestra herramienta más eficaz.
¿Qué medidas de prevención podemos adoptar?
Desde la salud comunitaria, estas son algunas de las prácticas más efectivas para reducir el riesgo de SUH:
– Cocinar bien la carne, especialmente la carne picada, ayuda a eliminar la bacteria E. coli. Es clave que la carne alcance una temperatura interna segura.
– Evitar la contaminación cruzada: al preparar alimentos, usar utensilios y superficies diferentes para carnes crudas y otros alimentos.
– El lavado de manos con agua y jabón antes de comer, después de ir al baño y al manipular alimentos es esencial.
– Lavar bien frutas y verduras antes de consumirlas, incluso aquellas que van a pelarse.
– Verificar siempre el origen y proceso de los lácteos, estos deben estar pasteurizados y cumplir adecuadamente con la cadena de frío.
– Consumir agua potable. En lugares donde no se garantiza agua segura, hervirla o utilizar filtros adecuados es fundamental.
¿Cómo puede la comunidad participar en la prevención del SUH?
El SUH necesita una respuesta preventiva y una comunidad informada. La promoción de prácticas seguras en la manipulación de alimentos y la higiene básica permite reducir los riesgos. Fomentar estos conocimientos, especialmente en entornos de alto contacto infantil y en el ámbito laboral, fortalece la cultura de prevención. Con una comprensión clara de los riesgos y el compromiso con la prevención, podemos reducir el impacto de esta enfermedad en nuestras familias y mejorar la salud infantil.
Enfrentar el SUH en Argentina requiere compromiso y acción desde la comunidad. La salud de nuestros niños es una responsabilidad compartida, y juntos podemos crear un entorno más seguro y saludable para todos.
Dra. Alejandra Ariovich
Médica Pediatra
MN 105160
Staff Planearte