Los oídos son nuestra ventana hacia la música de la vida. Las voces de nuestros seres queridos, la música que nos gusta, el sonido del mar. Por eso es vital cuidarlos desde pequeños y no someternos a ruidos intensos y tener visitas con el médico frecuentemente sobre todo si hay infecciones en los oídos que son la segunda causa de pérdida de audición.
Algunas recomendaciones a tener en cuenta
- Reducir el número de aparatos sonoros que funcionan al mismo tiempo y tenerlos siempre a bajo volúmen
- Usar el volúmen de los aparatos a menos del 60%
- Usar protección auditiva si trabajás con equipos ruidosos
- Si cursás un resfrío o gripe y comenzás con dolor de oídos concurrir a revisión médica
- No introducir objetos en los oídos ni siquiera hisopos de algodón porque pueden dañar la membrana del tímpano
- Es importante concurrir al otorrinolaringólogo si notas molestias en los oídos o zumbidos
- A partir de los 50 años es recomendable una revisión auditiva ya que se empieza a presentar la pérdida auditiva por vejez
En los niños el cuidado de la audición comienza de recién nacidos.
- Screening auditivo neonatal es una prueba que se realiza a todos los recién nacidos. Esta evaluación busca detectar problemas de audición congénitos (problemas de nacimiento) y así tratarlos oportunamente.
- Alerta ante sospecha de pérdida auditiva. Si el bebé no se sobresalta ante sonidos fuertes, no emite sonidos, no gira la cabeza cuando le hablan o grita con frecuencia, no tiene balbuceo o deja de hacerlo, debemos sospechar problemas de audición. En niños más grandes el retraso en el habla o dificultades para mantener la atención, preguntar frecuentemente ¿Qué? Ver la televisión a volúmenes altos,no comprender conversaciones o la timidez y el aislamiento pueden ser señales de pérdida auditiva. En estos casos se debe consultar al pediatra u otorrinolaringólogo para buscar el orígen del problema.
- Evitar la exposición excesiva y contínua al ruido. Entornos que exponen a los niños a sonidos de altas intensidades como conciertos o fiestas pueden ser un riesgo para su salud auditiva. En este caso pueden usarse protectores para disminuir el daño. Se recomienda evitar los ruidos intempestivos como disparos o petardos. Disminuir el ruido que generamos en el hogar y disminuir la exposición a sonidos de alta intensidad.
- No introducir objetos en los oídos. La limpieza de los oídos debe ser externa utilizando una toalla o una gasa.
- No automedicar a los niños. Hay remedios que pueden ser ototóxicos y los antibióticos mal indicados pueden generar bacterias resistentes a los mismos.
- Siempre ante la sospecha de pérdida auditiva se debe concurrir al especialista.
Disminuir la contaminación sonora no sólo protege nuestros oídos, también disminuye el stress, mejora la concentración y baja los niveles de ansiedad.
Dra. María Cecilia Russo
Médica Pediatra Especialista en Adolescencia
Staff de Planearte
Matrícula Nacional 103111