Vida Saludable y Prevención

¿De qué hablamos cuando hablamos de menopausia?

Hay muchas páginas escritas al respecto de la menopausia, y muchos términos cuyas definiciones son diferentes y a veces se confunden.

Trataremos de echar algo de luz sobre ellos…

Pero antes, vamos a recordar algunos conceptos.

La mujer comienza su etapa fértil a partir de su primera menstruación o “menarca”. La misma se presenta alrededor de los 12 años (puede variar).

Los ovarios tienen dos funciones fundamentales: la liberación de un óvulo cada mes (ovulación), lo que da la posibilidad de generar un embrión y eventualmente un embarazo; y la función hormonal, produciendo estrógenos (hormona femenina), progesterona (luego de la ovulación, preparando el útero para el embarazo) y una pequeña cantidad de andrógenos (hormona masculina). Ambas funciones comienzan a disminuir unos 3-4 años antes de la presentación de la menopausia, es decir, el cese de los períodos menstruales. La fertilidad disminuye lentamente luego de los 35 años, descendiendo de manera considerable luego de los 40, y se agota, tiempo antes de la última regla. La producción hormonal suele ralentizarse luego de los 40 años, presentando alteraciones en la frecuencia de los ciclos, llegando la última menstruación alrededor de los 50 años. Todo este proceso es el llamado “perimenopausia”.

Sin embargo, se considera que una mujer llegó a la “menopausia” cuando han transcurrido 12 meses sin sangrado menstrual.

La “postmenopausia” es entonces toda la vida de la mujer a partir del primer año de ausencia menstrual. Si pensamos que la esperanza de vida (son los años en promedio, que se espera que una persona viva, según su género y su lugar de residencia) está cerca de los 80 años, la postmenopausia abarca casi un tercio de la vida de las mujeres.

Debemos conocer los síntomas de esta etapa, las necesidades, los cuidados y las recomendaciones para tener una mejor calidad de vida.

¿Cuáles son los síntomas?

El descenso de producción hormonal de los ovarios genera el cese de la menstruación. Además, aparecen efectos de “hipoestrogenismo” (bajo estrógeno) en la zona genitourinaria: sequedad vaginal (lo que genera molestias en las relaciones sexuales), ardor o urgencia al orinar, prurito vaginal o vulvar.

También aparecen los famosos “calores”, hotflashes o sofocos, en muchas mujeres (¡no en todas!). Hay algunos cambios en el ritmo de sueño (insomnio), en el humor (irritabilidad, ansiedad). Puede haber cambios en el peso y en la distribución de la grasa corporal.

También disminuye la producción de colágeno y elastina, generando cambios en la turgencia de la piel, aparición de arrugas finas y en la calidad del cabello. Y en el tiempo puede haber disminución en la masa ósea (osteoporosis) y afectación de la salud cardiovascular.

La ausencia de estrógenos y el descenso de andrógenos son los responsables de todo lo que les comento. Hay efectos hormonales sobre el cerebro, sobre la masa muscular, sobre el hueso, sobre el corazón.

Todo esto sucede, pero no le pasa todo a todas; tampoco todo junto…

Y lo más importante: podemos tratar todos estos síntomas para prevenirlos, minimizarlos y/o controlarlos.

Algunos tips y recomendaciones

La actividad física consistente y constante es fundamental. La combinación de actividad aeróbica con actividad de fuerza es lo más recomendado para mantener la masa muscular y proteger el hueso. Efectos extra: mejora el humor y favorece el descanso.

La alimentación saludable es buena para todo, ¿no? Sin embargo, consideren que, en este periodo, necesitan consumir buena cantidad de proteínas (para el músculo), alimentos ricos en calcio y vitamina D (para los huesos), buena ingesta de fibras (para controlar las glucemias y el colesterol). Disminuir el consumo de alcohol, tabaco y productos refinados favorece la salud en esta etapa de la vida.

La actividad intelectual y manual (lectura, aprendizaje de nuevos temas, pintura, música, jardinería) y el cultivo de los espacios de disfrute colaboran con un tránsito amable de estos tiempos.

Consulten con su médica/o ginecóloga/o de confianza y cuéntenle lo que les pasa. Hay mucho por hacer para mejorar cada uno de los síntomas, y nadie mejor que los profesionales idóneos para guiarlas y cuidarlas, de manera minuciosa y personalizada.

Dra. Andrea Marazzi
Ginecóloga-Staff de Planearte
MN 82496

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