Hace al menos unos 20 años atrás el concepto de “Clima laboral” se convirtió en el leitmotiv de los departamentos de RRHH de las organizaciones, quienes comenzaron a hacer todo tipo de acciones para lograr crear en las empresas un ambiente que haga “felices” a sus colaboradores y creen un buen entorno de trabajo.
Así empezamos a ver barras de snack y comidas saludables, mesas de ping-pong, metegoles, after office organizados por la propia empresa, pases para el gimnasio y sillones donde las siestas en horario laboral, lejos de estar mal vistas, eran parte del pitch de ventas de las organizaciones para atraer a nuevos talentos.
Es que por fin las organizaciones habían entendido que un empleado feliz trabajaría más y mejor que uno que no, repercutiendo claramente en el resultado final de la empresa.
Pero en los últimos años, encabezados por Google a partir de su proyecto “Aristóteles” se ha dado un paso más allá del “clima laboral”, cobrando cada vez más importancia el concepto de “Seguridad Psicológica” de la mano de Amy Edmonson, profesora de Harvard especialista en liderazgo, trabajo en equipo y aprendizaje organizacional.
¿En qué consiste este nuevo concepto? Los especialistas lo definen como un entorno caracterizado por la franqueza, donde los miembros de un equipo puedan sentirse lo suficientemente cómodos/seguros para mostrarse vulnerables, por ejemplo al decir “no sé”, hacer un pregunta que puedan creer “tonta” y dar libremente su opinión diciendo lo que piensan sobre algo, aún en oposición a lo que diga el resto del equipo y sus propios jefes.
Como se ve, esto dista mucho del antiguo concepto superfluo de buen clima, yendo en busca de algo mucho más profundo, al tomar como prioridad el crear un marco de confianza donde poder ser uno mismo y hablar con respeto pero sin miedos (inclusive proponiendo nuevas formas desafiando las reglas y antiguas nostalgias de cómo se hacen las cosas en el lugar de trabajo), más que un mero espacio donde pasarla bien trabajando.
Así, todas las experiencias y estudios muestran que el resultado de esto es no sólo equipos con mayores niveles de desempeño e innovación sino colaboradores con menor stress y ansiedad, que se sienten escuchados, auténticos y realizados, al poder ver su colaboración real en el desarrollo del equipo y la organización.
En el fondo, ¿acaso no todos queremos poder ser nosotros mismos y sentirnos útiles en nuestro día a día? Como decía un antiguo jefe, “Nos cuesta tanto levantarnos a la mañana, dejar a nuestras familias, viajar y venir a pasar al menos 9 hs. en la empresa, que mejor hagamos que esto realmente valga la pena!”
Y qué mejor que sentirnos libres, realizados y sentir que nuestro aporte no pasa desapercibido, que SÍ hacemos la diferencia y ahí es donde la seguridad psicológica crea el marco para que esto suceda!
Lic Jonatan Gutman
Especialista en Relaciones Laborales
Staff Planearte