En Argentina contamos con un amplio esquema de vacunación destinado a la prevención de diferentes enfermedades infecto-contagiosas. Repasemos juntos cómo protegernos en cada etapa de la vida.
El porqué de las vacunas
En el mundo disponemos de vacunas para protegernos contra decenas de enfermedades, muchas de las cuales han significado grandes tragedias a lo largo de la historia y hoy son extremadamente raras, como la difteria o la poliomielitis. Estos logros son el resultado de un accionar de la sociedad en su conjunto.
¿Cómo actúan las vacunas?
Las vacunas tradicionales son sustancias que contienen microbios muertos o debilitados o a veces solo una parte de ellos. Al ingresar a nuestro organismo se activan las defensas naturales para que aprendan a resistir a infecciones específicas. Así, luego de recibir una vacuna, nuestro sistema inmunitario responde con la producción de anticuerpos sin que exista riesgo de contraer la enfermedad. Es importante saber que todas las vacunas autorizadas son sometidas a pruebas rigurosas a lo largo de las distintas fases de los ensayos clínicos y siguen siendo evaluadas con regularidad tras su comercialización. De esta forma, queda garantizada su seguridad.
¿Por qué a veces se duda de las vacunas?
Muchas veces la idea de un estilo de vida natural y saludable, las teorías de ataque al sistema inmune al incorporar tantos antígenos, el miedo a posibles efectos adversos o la baja percepción de enfermedades severas llevan a las personas a no vacunarse. Sin embargo, debemos destacar que es mucho más probable padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación, que por una vacuna.
Contar con información clara y veraz es la mejor herramienta para poder decidir adecuadamente sobre nuestros cuidados.
Vacunas obligatorias vs vacunas optativas:
La Argentina cuenta con un amplio calendario nacional de vacunación que nos protege a lo largo de nuestra vida, orientado a las vulnerabilidades propias de cada etapa y población.
Por otro lado, existen vacunas no incorporadas al calendario nacional, que pueden ser muy atractivas en situaciones específicas, como la nueva vacuna de dengue, o la vacuna antigripal para población general.
Es importante preguntarle al médico de cabecera si es necesario o recomendable administrar alguna vacuna que no se encuentre en el calendario obligatorio.
Vacunas del calendario y la protección que brindan en cada etapa:
Primeros años de vida:
En las personas recién nacidas aplicamos la BCG para prevenir tuberculosis en formas severas y la vacuna de hepatitis B por su transmisión en el parto.
En el primer y segundo año de vida es el periodo donde mayor protección se brinda. En estos años prevenimos:
- Neumonías e infecciones severas a través de la vacuna para neumococo.
- La poliomielitis mediante la vacuna Salk.
- Difteria, tétanos, coqueluche, hepatitis B y meningitis por haemophilus a través de la vacuna conocida como quíntuple bacteriana.
- Muchas de las diarreas agudas con la vacuna para el rotavirus.
- Las complicaciones por gripe mediante la vacuna antigripal hasta los dos años de vida.
- Las meningitis producidas por algunas familias del meningococo.
- Las formas severas de hepatitis A.
- Sarampión, rubéola y paperas se previenen mediante la vacuna triple viral aplicada al año de vida, como así también la varicela con la vacunación a los 15 meses.
- Además, se da la primera dosis para evitar fiebre amarilla para quienes residan en zonas de riesgo.
Edad escolar:
Entre los 5 y 6 años: Reforzamos la respuesta para sarampión, rubéola, paperas, tétanos, difteria, coqueluche, varicela y poliomielitis a través de la vacuna triple bacteriana, la triple viral, vacuna para varicela y Salk.
A los 11 años: Prevenimos meningitis por meningococo, infección por HPV asociada al cáncer de cuello de útero en las mujeres y reforzamos la respuesta para difteria, tétanos y coqueluche.
Jóvenes y adultos:
Personas hasta los 65 años: Reforzamos la respuesta para tétanos y difteria cada 10 años. Prevenimos fiebre hemorrágica argentina en algunas regiones y gripe en situaciones especiales como inmunosupresión, cardiopatías severas, diabetes o asma.
Adultos mayores:
A partir de los 65 años: Nos protegemos de la gripe y de las neumonías por neumococo.
Durante el embarazo:
Se refuerza la protección contra difteria, tétanos, coqueluche y gripe.
Es importante saber que, aunque la vacunación puede producir efectos secundarios como dolor en el brazo o fiebre, suelen ser muy leves y temporales siendo las reacciones graves sumamente raras.
Entonces, ¿por qué es importante cumplir con estas vacunas?
Cuando nos vacunamos nos protegemos de un gran grupo de enfermedades, pero además permitimos que esos gérmenes no circulen en la población evitando la propagación de esas infecciones. Así, además de protegernos nosotros mismos, protegemos a quienes nos rodean. La vacunación es sobre todo una acción solidaria. Es importante saber que algunas personas padecen enfermedades graves y no pueden recibir vacunas, por lo tanto, la protección de esas personas depende de que los demás nos vacunemos y logremos así reducir la propagación de tales enfermedades.
¡Entonces a vacunarnos!
Dra Alejandra Ariovich
Médica pediatra MN 105160
Staff de Planearte